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Bienvenidos a la genealogía de mi familia, las familias Zacarías y Fluck, provenientes de Siria y de Alemania, respectivamente. Hace mucho que me dedico al estudio de la historia de mi familia, aunque en los últimos años le dediqué poco tiempo. Empecé a escribir en 2007, aunque ya llevaba unos años haciendo investigación, tanto online como offline. Algunas de las ramas de mi árbol genealógico llegan hasta el año 1550, una época a la que nunca hubiera imaginado que llegaría. Otras ramas, sin embargo, se encuentran en un punto muerto unas pocas generaciones atrás. La genealogía es una disciplina dinámica, así que nunca pierdo la esperanza de seguir avanzando en ellas.

¿Por qué me atrae tanto la genealogía?
 Una de las razones principales por las que dediqué mucho tiempo libre a la Genealogía es porque soy una persona curiosa… seguramente por eso terminé siendo investigador, o al menos intentando serlo. Mi primer contacto fue a los 12 años, en la escuela nos hicieron armar el Árbol Genealógico. Algo que me marcó para siempre y aún lo conservo. Ahí aprendí que no sería un camino fácil y también descubrí lo malo que soy para dibujar… Con tres de mis abuelos en vida, recurrí a ellos y no llegué mucho más allá de sus abuelos, en el caso de uno de ellos ni siquiera hasta esa generación… Pero bueno, siempre quedó en el recuerdo. Y hace unos quince años retomé ese árbol y la curiosidad devino en afición, acompañada de perseverancia… Y así llegué hasta dieciseis generaciones hacia atrás… Mucho, muchísimo. Encontré miles de datos, algunos curiosos… Nunca encontré ningún pariente rico, algo que mi hermano esperaba de mí … Aún me queda averiguar si nuestros antepasados  Groening están relacionados con Matt, el creador de The Simpsons… Hay varios Homeros en mi familia, eso explicaría mejor algunas cosas…
 Otras razones del por qué… Mis antepasados son una muy infrecuente mezcla de sirios y alemanes, con un rinconcito español… Un cruce improbable de sangres típicamente argentino … Y tanto los árabes como los alemanes tienen una tradición muy profunda en la historia familiar. Los alemanes guardan registros de la familia en los Familienbücher, los libros de familia, un gran tesoro para los que, al menos cuando podemos, nos dedicamos a esto. Y los árabes son también muy “familieros” aunque hasta donde yo sé no guardan registros escritos. Pero cuando se ponen a hablar de la familia, empiezan a repasar el árbol genealógico de arriba a abajo, de una rama a otra… Recitando apellidos, parentescos y sobrenombres… pasan horas así, y los he disfrutado infinidad de veces.
 Conocer la genealogía de mi familia es una manera de conocer la historia de mi familia. Por que cuando empecé a indagar acerca de mis antepasados, a través tanto mis padres como de algunos de mis tíos, me fui enterando de muchas historias que de alguna manera, sirven para comprender mejor a la familia… La historia de mis bisabuelos y tatarabuelos inmigrantes me ha resultado siempre fascinante. De cómo una de mis tatarabuelas tuvo a su hijo, mi bisabuelo, a bordo del barco que la traía desde Alemania hace ciento treinta años, y sobrevivió a dicha epopeya. De cómo uno de mis bisabuelos sirios escapó del Imperio Otomano, para no ser parte de su ejército y viajó desde allí escondido en un barco, para luego casarse con una criolla y perder su apellido original  adoptando uno local… Hijos prematrimoniales (hace un siglo), hijos arrancados de su madre y todo tipo de hechos inconfesables aparecen en la historia de mi familia… Eran seres humanos, personas, no sólo nombres. 
Y pasa que cuando encontrás un dato sobre uno de ellos, querés más, y cada paso que das se traduce en otras puertas que se abren, en otras ramas que investigar. Tuve la suerte de hacer un viaje por Alemania recorriendo sus lugares de orígenes… ya tendré la suerte de ir a Siria…